Estaba pensando en el teorema del mono infinito, para los que no
lo conocen el teorema dice que si tenemos una habitación (gigante diría yo)
llena con un número infinito de monos y cada mono con su máquina de escribir
Olivetti (o quizás otra marca, esa es la que tenía yo), cada uno pulsando
teclas aleatoriamente y bien al azar, por cuestiones de probabilidad y estadística
alguno de esos monos va a escribir alguna obra de William Shakespeare. Espero
que sea Otelo, me cae bien el negrito...
En realidad esa no
es la versión original si no la más famosa, yo estaba pensando en la original,
la que dice que hay un solo mono, con una sola maquina (lo que eliminaría
problemas inmobiliarios y costos de las maquinas) pero que el mono vive para
siempre, es decir que es infinito como lo dice el titulo del teorema. Tarde o
temprano ese monito, que cariñosamente vamos a llamar Willy (por Shakespeare no
por la ballena) va a terminar escribiendo en su máquina de escribir (asumimos
que la tinta también es infinita) cualquier libro de la biblioteca nacional de Francia.
Y aquí mi mayor
punto de reflexión, Willy va a escribir una cantidad estúpida de cosas sin
sentido, no solo palabras al azar que no tienen relación una con la otra, si no
que va a escribir un montón de "masdurgo asgfjhr otymkwoif ajtum aine
kugen" y hasta me parece que puse demasiados espacios entre medio de
letras tocadas al azar. Pero en algún momento, si tenemos la suficiente
paciencia aparecerá, entre las hojas tamaño A4 escritas a máquina con las letras
borrosas del uso, ante nosotros una obra maestra de la literatura como podría
ser "Grandes esperanzas" de Charles Dickens, o "Guerra y
paz" de Tolstoi, o "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha" de este loco que tenía una sola mano.
Y acá se me vino
todo el mundo abajo, porque imagine a muchos libros que me gustan demasiado
escritos por un mono, un simple mono que lo único que hace es apretar teclas (también
me lo imagino tomando café y fumando cigarrillos) porque solo eso le enseñaron,
sin tener el menor apego o sentimiento por lo que escribe... y me imagine a Ray
Bradbury, o George Orwell o C.S Lewis escribiendo palabras al azar sin el mas mínimo
cariño por lo que escriben, escriben porque es lo único que saben hacer y
escupen palabras sobre una hoja porque es la mejor manera de pasar el tiempo.
Solo por eso, sin la menor intención de crear un libro o una historia, tal como
lo hace Willy.
Y en este punto de
mi divague racionalista es que se me levanto un poco el ánimo,
porque la verdad, a mi poco me importa si Lewis Carroll escribió "Alicia
en el país de las Maravillas" porque tenía una historia que contar o
porque no tenía otra cosa que hacer. Poco me importa si el quería escribir un
libro por el placer de escribir o lo hacía solo por la mosca (Léase dinero), o
como dicen las malas lenguas, porque estaba enamorado de una nena que se
llamaba Alicia y el muy degenerado se la quería levantar. Lo importante es que
el libro esta, y que es genial.
Entonces si entre
el tecleo azaroso de Willy sale una obra magnífica, la más grande de la
literatura mundial de todos los tiempos. No importa si el mono no sabía lo que
estaba haciendo, ni siquiera lo entendía o si no sabía si había empezado o
terminado esa obra. Lo importante es que le obra aparezca y que pueda ser leída.
Quien sabe a lo
mejor Cortázar era un salamín con pan que no tenía dos dedos de frente y
que escribió tantas cosas y tantas cosas en su vida hasta que apareció
en sus manos Rayuela, y nosotros los muy ingenuos pensando que el tipo es lo más
grande que dio la literatura argentina.
Quizás fue esa línea
de razonamiento lo que me llevo a escribir esto hoy cuando no tenía nada más
productivo que hacer. Quizás entre todas las boludeces que escribo, por esas
cuestiones de la probabilidad y la estadística termino escribiendo alguna obra
maestra. Y quizás por eso es que no creo más en la famosa frase que "la
cantidad va en desmedro de la calidad", si escribimos muchas cosas, tarde
o temprano vamos a sacar una genialidad de la galera. Es decir, tarde o
temprano no, a lo mejor a algunos nos llega la hora de partir antes de que los
dioses de la estadística nos sonrían, o quizás nos sonríen demasiadas veces y
terminamos en la historia de la literatura universal.
Quién sabe, a lo
mejor, este texto, en un montón de años termina siendo alabado por un millones
y millones de lectores y la escribió un boludo que estaba aburrido porque se le
corto internet. El tiempo dirá si hay que bordear a speedy o agradecerle, yo
por las dudas lo ahora lo bardeo.
Te digo que me parece una reflexión interesante la que te sacó la falta de Internet. Y me gustó la manera de presentarla.
ResponderEliminarLo que me encantó, por sobre todo, es que me recuerda que 'HACER' por el hecho de la tarea misma está bueno...y lleva a buenos resultados (TARDE o TEMPRANO) jajaja
Asi que me pondré a pensar menos en la obra maestra, y más en obrar entonces.