sábado, 29 de diciembre de 2012

No va en desmedro




Estaba pensando en el teorema del mono infinito, para los que no lo conocen el teorema dice que si tenemos una habitación (gigante diría yo) llena con un número infinito de monos y cada mono con su máquina de escribir Olivetti (o quizás otra marca, esa es la que tenía yo), cada uno pulsando teclas aleatoriamente y bien al azar, por cuestiones de probabilidad y estadística alguno de esos monos va a escribir alguna obra de William Shakespeare. Espero que sea Otelo, me cae bien el negrito...

En realidad esa no es la versión original si no la más famosa, yo estaba pensando en la original, la que dice que hay un solo mono, con una sola maquina (lo que eliminaría problemas inmobiliarios y costos de las maquinas) pero que el mono vive para siempre, es decir que es infinito como lo dice el titulo del teorema. Tarde o temprano ese monito, que cariñosamente vamos a llamar Willy (por Shakespeare no por la ballena) va a terminar escribiendo en su máquina de escribir (asumimos que la tinta también es infinita) cualquier libro de la biblioteca nacional de Francia.

Y aquí mi mayor punto de reflexión, Willy va a escribir una cantidad estúpida de cosas sin sentido, no solo palabras al azar que no tienen relación una con la otra, si no que va a escribir un montón de "masdurgo asgfjhr otymkwoif ajtum aine kugen" y hasta me parece que puse demasiados espacios entre medio de letras tocadas al azar. Pero en algún momento, si tenemos la suficiente paciencia aparecerá, entre las hojas tamaño A4 escritas a máquina con las letras borrosas del uso, ante nosotros una obra maestra de la literatura como podría ser "Grandes esperanzas" de Charles Dickens, o "Guerra y paz" de Tolstoi, o "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" de este loco que tenía una sola mano.

Y acá se me vino todo el mundo abajo, porque imagine a muchos libros que me gustan demasiado escritos por un mono, un simple mono que lo único que hace es apretar teclas (también me lo imagino tomando café y fumando cigarrillos) porque solo eso le enseñaron, sin tener el menor apego o sentimiento por lo que escribe... y me imagine a Ray Bradbury, o George Orwell o C.S Lewis escribiendo palabras al azar sin el mas mínimo cariño por lo que escriben, escriben porque es lo único que saben hacer y escupen palabras sobre una hoja porque es la mejor manera de pasar el tiempo. Solo por eso, sin la menor intención de crear un libro o una historia, tal como lo hace Willy.

Y en este punto de mi divague racionalista es que se me levanto un poco el ánimo, porque la verdad, a mi poco me importa si Lewis Carroll escribió "Alicia en el país de las Maravillas" porque tenía una historia que contar o porque no tenía otra cosa que hacer. Poco me importa si el quería escribir un libro por el placer de escribir o lo hacía solo por la mosca (Léase dinero), o como dicen las malas lenguas, porque estaba enamorado de una nena que se llamaba Alicia y el muy degenerado se la quería levantar. Lo importante es que el libro esta, y que es genial.

Entonces si entre el tecleo azaroso de Willy sale una obra magnífica, la más grande de la literatura mundial de todos los tiempos. No importa si el mono no sabía lo que estaba haciendo, ni siquiera lo entendía o si no sabía si había empezado o terminado esa obra. Lo importante es que le obra aparezca y que pueda ser leída.

Quien sabe a lo mejor Cortázar era un salamín con pan que no tenía dos dedos de frente y que escribió tantas cosas y tantas cosas en su vida hasta que apareció en sus manos Rayuela, y nosotros los muy ingenuos pensando que el tipo es lo más grande que dio la literatura argentina.

Quizás fue esa línea de razonamiento lo que me llevo a escribir esto hoy cuando no tenía nada más productivo que hacer. Quizás entre todas las boludeces que escribo, por esas cuestiones de la probabilidad y la estadística termino escribiendo alguna obra maestra. Y quizás por eso es que no creo más en la famosa frase que "la cantidad va en desmedro de la calidad", si escribimos muchas cosas, tarde o temprano vamos a sacar una genialidad de la galera. Es decir, tarde o temprano no, a lo mejor a algunos nos llega la hora de partir antes de que los dioses de la estadística nos sonrían, o quizás nos sonríen demasiadas veces y terminamos en la historia de la literatura universal.

Quién sabe, a lo mejor, este texto, en un montón de años termina siendo alabado por un millones y millones de lectores y la escribió un boludo que estaba aburrido porque se le corto internet. El tiempo dirá si hay que bordear a speedy o agradecerle, yo por las dudas lo ahora lo bardeo.

1 comentario:

  1. Te digo que me parece una reflexión interesante la que te sacó la falta de Internet. Y me gustó la manera de presentarla.

    Lo que me encantó, por sobre todo, es que me recuerda que 'HACER' por el hecho de la tarea misma está bueno...y lleva a buenos resultados (TARDE o TEMPRANO) jajaja

    Asi que me pondré a pensar menos en la obra maestra, y más en obrar entonces.

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